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viernes, 21 de julio de 2023

A la aventura con chaleco: Mi intervención en la presentación de La cura de todos los males de Nacho Platero

 

Este texto es una recreación a partir de mis notas de:

Presentación Una cura para todos los males de Ignacio Platero. 3 de junio de 2023. El Huesca (Carranque) 19 horas.

Empezaré dando las gracias: a Ignacio por cedernos tan impagable marco. A Nacho por pedirme que le acompañé en esta presentación y a ustedes, temerarios, por venir.

Imagen usada en las redes para dar a conocer la presentación


0.- Hablar de cine.

Estamos en la presentación de un libro, una novela, una buena novela, pero mis primeras palabras van a versar sobre cine y series de televisión.

No nos engañemos; el libro está muerto. Pero como un buen zombi alarga su vida a través de la nuestra, la de los lectores. El libro casi desaparecerá cuando lo hagamos nosotros. Lo haremos con grandeza, honor y brillando. Pero mientras llega ese momento debemos aceptar que nuestras referencias, las referencias que usamos para entendernos con el resto de la humanidad se apoyan en el mundo audiovisual y no en la literatura. Y eso, aunque sólo sea porque los que leemos, somos una minoría, maravillosa, pero minoría... y alguna vez, sólo alguna vez, no hemos leído el libro, pero si visto la película.

El incomparable marco, antiguo Huesca en Carranque

Todas las referencias que usaré las citaré primero por sus películas (en rojo), porque son estas películas las que han fijado a fuego el icono del arquetipo que voy a perfilar en esta breve, bueno no tan breve, intervención. Recalcar que no voy a hablar de las influencias[1] que a Nacho le han inspirado el libro que presentamos hoy. Sólo voy a hablar de la idea colectiva que tenemos de un personaje que todos reconocemos inmediatamente: el Capitán Nemo, un capitán de hombres y magnate tecnológico-industrial. Arquetipo que ha llegado hasta nuestros días y que no responde, ni de lejos, a la realidad. Nos aferramos falsamente a una idea romántica del inventor hecho a si mismo.

Y pese a ello seguiré hablando de libros. Y lo haré por dos razones: la primera es por romanticismo. Como Red Butler, protagonista de Lo que el viento se llevó (1935, Victor Fleming) soy un romántico empedernido, defensor de causas perdidas: él se enroló en el ejército confederado cuando era claro que perdían la guerra y yo hablo de libros por la misma razón. Y la segunda es por la inercia, toda una vida interesado por los libros. No me veo capaz de superar el tremendo coste emocional que me supondría cambiar ahora. El bueno de Alvin Toffler y su La tercera ola, de 1979, tendrían mucho que decir al respecto, pero como no hay película del libro, lo dejaré pasar.

Uno de los dibujos de las dedicatorias que realizó José Antonio Fiestas Joya durante la firma de ejemplares


1.- Antecedentes: cuando a la aventura se llevaba salacot y chaleco.

Desde la perspectiva y la ignorancia, la ciencia ficción escrita en las últimas tres, cuatro décadas del sigo XIX la llamo “victoriana” y eso que uno de sus grandes creadores es un francés de Nantes: Jules Verne.

Haciendo un ejercicio, que el bueno de Valle Inclán no dudaría en tildar de esperpéntico, esta literatura llamada, posteriormente, de ciencia ficción compartía varios elementos definitorios: se viajaba a la salvaje naturaleza de la mano de prodigiosos gadgets tecnológicos y se vestía rigurosamente: con chaleco, siempre, y salacot, si tocaba.

Nacho soplándose sus ardientes dedos, mientras yo no quiero verlo.


Aunque hay muchas obras con estas características quiero destacar dos, que conforman un díptico por su influencia en el inconsciente colectivo. Hablo del Díptico de Nemo:

20.000 leguas de viaje submarino (1954, Richard Fleischer, producida por Disney) con Kirk Douglas como protagonista de acción y el gran James Mason como Nemo. Verne escribió esta novela en 1870.

Isla Misteriosa (1961, Cy Endfield) con Herbert Lom como Nemo, película menor, de la interesante novela de Verne escrita en 1875.

Y voy añadir una tercera película, donde se introduce al Ingeniero Robur: El amo del mundo (1961, William Witney) con Vincent Price en el papel de Robur y Charles Bronson en el de marinero de acción. En cierto sentido parece un film fruto del éxito del de Disney, donde se clonan los personajes. Verne tituló la novela: Robur el conquistador (1886).

Capitán Nemo (James Mason)


Nemo y Robur son el arquetipo del capitán de hombre y de naves prodigiosas. Inventan y controlan las invenciones tecnológicas como lo hacen con los hombres. En la novela que nos ocupa La cura de todos los males (página 175) se nos define a Jason Law:

“…  Acabábamos de llegar y allí estaba Jason Law: Me sorprendió que fuera tan joven con todos los logros y la fama que había cosechado, pues apena aparentaba treinta y pocos años. Era alto, delgado, y lucía una postura imperiosa (…)

Tuve la impresión de que no se intimidaba por las gentes, y de alguna manera, tampoco esperaba nada de su público, No sabría traducir qué mezcla de condescendencia, orgullo y respeto había bajo aquella expresión. …”

Es el espíritu del liberalismo económico, que el neoliberalismo ha adaptado sin tapujos. Si antes eran el Capitán Nemo, el Ingeniero Robur y nuestro Jason Law, ahora son los Jeff Brezos, Steven Jobs, Elon Musk y Mark Zuckerberg los capitales de hombres a bordo de sus empresas start-ups.

El sueño, el concepto detrás de este arquetipo es que la creación de una mejora tecnológica debe usarse para el desarrollo económico y que eso se consigue, eso se domina con la voluntad férrea de un capitán, de un capitán de hombres.

¿Qué? ¿Empezamos? 


La cura de todos los males nos habla de cómo una colonia se desarrolla económicamente. El único ejemplo “real” de esta situación, que un país se desarrolla en “segunda oleada” tras el desarrollo de las potencias europeas; son los EE.UU. y por poco, no en vano su independencia del Reino Unido (1775-1781) coincide con la Revolución Industrial (en 1760 se inicia), lo que supone el inicio del desarrollo económico. 

Todo capitán de hombres, todo capitán Nemo tiene un plan que lo hace triunfador, se nos haya explicado o no. En el caso de Nemo y Robur su propio invento y su solvencia de recursos son muestras del éxito de su plan, por ello Verne no nos lo cuenta. En la novela que nos ocupa Jason Law en 1860 nos propone unas mejoras tecnológicas en los medios de transporte con una estética Diesel Punk, lo que le permite una producción igual de eficiente que la obtenida en el Reino Unido y una diferenciación del producto, que le da acceso a mercados más selectos, más rentables. Vaya todo un desarrollo de Marketing, aunque este no se inventará hasta 1902 en los EE.UU. Debo decir que la preocupación del autor de esta novela, vamos Nacho, de dotar a su entramado político económico de verosimilitud es encomiable, sobre todo en una época, nuestra época[2], donde el detalle por la tramoya no existe o se realiza con una burda brocha.

Si añadimos que en las últimas décadas del XIX todas las potencias europeas estaban a la búsqueda y captura de mercados para la venta de sus productos y lugares donde obtener materias primas, tenemos el cuadro completo del trasfondo de la novela de esta presentación. Vaya, lo que se conoció como el colonialismo que comenzó a acabar[3] en la Primera Guerra Mundial, en la segunda década del siglo XX. Nacho recrea este cuidado marco con mimo y esmero para desarrollar una historia de acción fantástica (en las acepciones segunda y cuarta del término según la Real Academia Española de la Lengua).


2.- Desarrollar un país no es fácil.

Bien lo saben, los que hayan visto: Un yanki en la corte del rey Arturo (varias películas, todas malas, desde 1931). Mark Twain escribió la novela en 1889. Esta novela estresa el problema de la industria auxiliar, cuestión que todos los autores “desarrollistas” de la ciencia ficción victoriana obvian. En Una cura para todos los males, Ignacio Platero es consciente de este problema como nos muestra esta cita de la página 202:

“… Supe luego que había ciertos elementos de la cabina y motores que habían sido forjados en fundiciones francesas, parte del motor y las turbinas en la de Leard. Otros en Prusia y Bélgica. Imagino que al no tener la potencia industrial suficiente para crear desde cero tal ingenio en las islas, se encargó a distintos países para evitar el espionaje industrial. …”

Y este es el problema inicial más visible para el desarrollo, hay más, como prueba: ahí están todos los países que no han conseguido desarrollarse aún, hoy día. Pese a ello, y gracias al afianzamiento del arquetipo, la sociedad, nuestra sociedad, no piensa eso, todo lo contrario. Piensa que el desarrollo económico es “fácil”. Y si estos países no se han desarrollado es por la desidia de sus pobladores, indígenas incultos todos ellos, por la falta de voluntad, por la falta de líderes, por la falta de capitanes como Nemo, como Robur y como Jason Law.

Otro de los dibujos que regaló José Antonio


Como explicar que no es cierto, que el mundo académico no sabe explicar el fenómeno del desarrollo de Europa y los EE.UU., que se siguen analizando como casos históricos. Que los nuevos países desarrollados de Asia, todos han tenido economías planificadas, sí, como si de un país comunista se tratase, para posteriormente y una vez alcanzado el nivel de desarrollo inicial, sí se ha dado carta libre al capitalismo, pero nunca antes. Dejar al capitalismo medrar a sus anchas es garantía suficiente para no alcanzar el desarrollo económico, no lo digo yo, lo dice la historia económica. Ahí están las facultades y sus planes de estudio para ratificar mis palabras. Sirva como botón de muestra la situación actual: China. China, que sigue siendo comunista en lo primordial, es la primera potencia industrial del mundo. El capitalismo es tan vigoroso que un país, pobre como las ratas, le ha dado una paliza monumental, simplemente planificando. Pero eso es otra historia que bien merece ser contada en otro momento.

3.- Antecedentes: conciencia social.

No todos los escritores de ciencia ficción victoriana eran reaccionarios o supremacistas. Había algunos con conciencia social, reflejo de lo que acontecía en el mundo en esos momentos, vaya en el Reino Unido, que para eso eran la 1ª potencia mundial. Así el pionero del movimiento obrero británico, pero opuesto a la lucha de clases marxistas, Robert Owen esparcía su pensamiento desde 1828, de hecho, aparece en la novela que presentamos. La sociedad británica Fabiana opera desde 1884 y el más importante: el alemán Karl Marx escribe su El capital en el Londres victoriano de 1867.

Perdiéndolo todo, otro dibujo de José Antonio


Sin duda La máquina del tiempo (1960, George Pal) interpretada por Rod Taylor es el más claro ejemplo de una historia de clases, de clases sociales. ¿Qué son si no, los Elois y los Morlocks? Sino la evolución “natural” de los burgueses y proletarios respectivamente. H. G. Wells escribió esta magnífica novela en 1895. Pero no es la única, La isla del Doctor Moreau (1996, John Frankenheimer) y con Marlon Brando en el papel del Mad Doctor[4], ¿no son acaso los animales humanizados una versión de los proletarios? Wells la escribió en 1896.

Y aunque sólo sea por la extraordinaria banda sonora de Ennio Morricone, en puro estado de gracia, cabe destacarse La Misión (1986, Roland Joffé), donde se nos propone una conquista y colonización idílica y por tanto imposible.

Nuestro Jason Law no sólo es un capitán de hombres, sino que tiene conciencia social, de hecho, el extenso apéndice de esta novela es la narración de como medió, con éxito, en la revolución proletaria de la colonia, evitando no sólo un baño de sangre sino trayendo un largo de periodo de paz social y prosperidad material. Eso sí, manteniendo el poder en manos de los burgueses y todo ello gracias al anticipo, en más de 100 años, de lo que conocimos en Europa como el Estado del Bienestar: El pacto de clases entre burgueses y proletarios vía el Estado, en el cual, los primeros se comprometían a cubrir (vía presupuesto del gobierno) las necesidades básicas de los proletarios: sanidad, educación y ciertas ganancias laborales: vacaciones y jubilación[5] entre otras y los proletarios renunciaban a la lucha armada. Y funciona, en la novela y en la realidad, funciona, así nos quedamos con la imagen de un Jason Law padre de los proletarios: Todo para los trabajadores… pero sin los trabajadores, claro está.

Lo del arquetipo, Paco, es una chorrada... y lo sabes.


4.- Acabando. El retorno a la metrópoli.

Es imposible ser original, y el que lo pretenda es que no ha leído lo suficiente, no ha visto suficiente cine. He desgranado lo más novedoso de La cura de todos los males frente a los cientos de novelas equiparables en la ciencia ficción victoriana. Y casi todo, por no decir todo, se ha basado en traer a colación cosas que llegaron posteriormente. Ya me vale, es verosímil, me lo creo. Recordemos que hablamos de ciencia ficción, y usted lector, al igual que yo, hemos disfrutado de la saga de La Guerra de las Galaxias (todo empezó: hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana… más concretamente en Hollywood, en 1977 dirigida por Georges Lucas) cuya verosimilitud no es cero, es negativa: un infinito negativo.

Pero se me hace imposible hablar del arquetipo neoliberal del Capitán de Hombres de la industria moderna que nació con el Capitán Nemo y no hablar de la última reencarnación de nuestro querido capitán: La Liga de los hombres extraordinarios (2003, Stephen Norrington) una mala película basada en un magnífico cómic del legendario Alan Moore. En algún momento se le hará justicia a este cómic. Mientras ese momento llega, veamos que la lista de personajes de tan literaria Liga casi se solapa con los personajes de la novela La cura de todos los males. Ya he comentado que es del todo imposible ser original. Estas historias victorianas de ciencia ficción son primas hermanas, unas de otras, y han tenido centenares de sobrinos más modernos.

Así el Capitán Nemo es nuestro Jason Law, Allan Quatermain (Seann Connery en la película) es nuestro Steven Bullsom, Profesor Moriarty es nuestro Doctor Helmut Johns. Y para acabar el Henry Jekyll y Mr. Hyde es nuestro Joseph Blake (licántropo)[6].

Gracias y disfruten, como yo lo hice, de la lectura La cura de todos los males.

by PacoMan



[1] El Espíritu de maravilla que impregna la novela es deudor del que creaba Edgar Rice Burroughs en sus icónicos Tarzán y John Carter entre otras muchas de sus creaciones. Los primeros escritos de Charles Dickens han influido en el tratamiento de los personajes de esta novela. Es reconocible el toque “a lo”: Herbert G Wells y Robert Louis Stevenson. De los folletines de antaño ha emulado esa forma por captar el interés de los finales de entrega: el efecto conocido como cliffhanger. Seguro que hay más, pero ni yo lo he sabido ver, ni el autor reconocérmelos.

[2] Perdón por la autocita, en otro lugar he definido esta época, nuestra época como:

“… Son tiempos de estorninos, de escritores que no leen, de espectadores que ven sus series a velocidad acelerada, que con conocer el titular ya están perfectamente informados y que votan sin haber pensado. …”

[3] Aunque tuvo ramalazos hasta finales del siglo XX. Y aún hoy quedan ciertos vestigios minúsculos, pero existentes de colonias.

[4] El Mad Doctor una variante perversa del arquetipo del Capitán Nemo. El mal se adueña del capitán de hombres y lo aleja de la luz, del desarrollo económico y la conquista del mundo. De la conquista del mundo “de forma legítima”, vaya como las potencias europeas sometieron a África, Asia y América. Así el Mad Doctor quiere dominar el mundo, pero por un sendero equivocado… demasiado parecido a la revolución que promueve el comunismo, pero esa historia debe ser contada en otro momento.

[5] Todas esas libertades y ventajas que se están eliminando una a una en la actualidad de nuestras sociedades modernas, desaparecen como lágrimas en la lluvia.

[6] Aquí quiero destacar el cameo que un niño llamado Robert Louis Stevenson tiene en la novela que presentamos.


lunes, 17 de julio de 2023

El terror, Arthur Machen. El 23º Club de Lectura Manuel Berlanga.

 



El viernes 14 de julio a partir de las 20:30 horas, se fueron congregando en el Restaurante La Marítima, mientras departíamos con Miguel (el propietario del Restaurante) dando cuenta de las primeras cervezas, bien fresquitas eso sí. La sala habilitada para el Club se refrescaba, esperábamos a los rezagados. En esta ocasión, sobre la decena de asistentes, nos dispusimos a dar cuentas de algunos refrescos, abundante cerveza y la novela corta del galés Arthur Machen: El terror.



Presentaré los textos que sus creadores me han querido hacer llegar, supuestamente con su intervención. No están todos los que fueron, pero si fueron todos los que están. Empezó el turno de palabra, y por tanto dio el primer speech, el que corresponde al ponte del libro elegido. En esta ocasión: Manuel Mota, y a partir de él, y según orden dextrógiro vamos tomando la palabra los asistentes, siempre que no declinen su turno de palabra; preferimos la cuarta declinación del latín (-u, -us) por ser más… ”de la tierra”.

Parte de los asistentes, nótese la profusión de camisetas negras y carencia de pelo


Primer Speech de Manuel Mota:

El galés Arthur Machen nació en 1863 en Caerleon una villa situada en la ribera del río Usk, en el sur de Gales, Reino Unido., una tierra en la que vivió una infancia que posteriormente describiría como mágica en libros como UN FRAGMENTO DE VIDA, LA COLINA DE LOS SUEÑOS Y LA GLORIA SECRETA.

Caerleon 


Se marchó a Londres a vivir, ciudad a la que nunca pudo acostumbrarse y en la que malvivió haciendo un poco de todo; trabajando de linotipista, escritor y periodista, oficio este último que detestaba.

La obra de Machen está plagada de mitos paganos y del mundo mágico de sus recuerdos infantiles. A él, victoriano tardío, no le interesaban los fantasmas, no escribió ni un solo cuento con esta temática, sino sobre fuerzas elementales y arquetípicas, maleficios que sobreviven al tiempo, o poderes malignos invocados por el folklore y los cuentos de Hadas. Esto le convertiría en un precursor de Lovecraft y le acercaría a la mítica Orden del Alba Dorada o Golden Dawn a la que pertenecían otros escritores de misterio y terror como Bram Stoker y Algernon Blakcwood. En sus filas, Machen pudo, de alguna forma, conciliar sus creencias y redimirse como escritor fracasado e incomprendido.

Aleister Crowley caracterizado de miembro de: Golden Dawn order


Lo que habitualmente se denomina Magia no era tal para la Golden Dawn y otros grupos ocultistas de la época, sino secretos que la ciencia aún no sabía desvelar y que habían sido perdidos por nuestra civilización. Así, tenía que conservarse de modo fabulado y mítico por la tradición.

En gran medida esto hizo de Machen un visionario, un precursor destinado a mutar el cuento de miedo, él creía en parte en estas fantasmagorías y los lectores de la época también. Por tal motivo su obra empezó a ser valorada y reconocida a finales de los 40’s (en el siglo XX), cuando él fallecería sin poder disfrutar de los logros de su trabajo, lo que recuerda patéticamente a Lovecraft.

Rupert Sheldrake y sus campos mórficos

En 1981 Rupert Sheldrake publica su teoría del campo mórfico que en su vertiente biológica podría explicar ciertos fenómenos, como las conductas, se hacen más probables a medida que ocurren más veces, y una vez fijados, pueden extenderse a poblaciones que no están en contacto con la pionera. Esta teoría rechazada por la ciencia, al no haberse podido reproducir y existir evidencia contraría, sería una posible explicación al comportamiento de los animales que originan El Terror que nos describe Machen. Y se hace evidente que es un pilar donde apuntalar muchos planteamientos de relatos de terror.

Manuel Mota.


Fátima Romero me ha enviado este breve texto:

Arthur Machen. Impresiones y teorías locas para el Club del Berlanga.


Hay que reconocer que AM fue un hombre de sus épocas: mamó del Romanticismo británico asimilando todos los prejuicios o, puede que, impostándolos con la idea de triunfar.

En lo literario al observar su marca puede atisbarse un poco de su personalidad:

Excelente estableciendo las escenas, en lo físico y en lo ambiental, y manteniendo el tono instaurado a través de los distintos escenarios que, a pesar de lo corto de sus historias, es capaz de concatenar.



Personajes que al lector actual le pueden resultar demasiado predecibles, respondiendo a la tipología aceptable en su época donde el origen y el oficio servían para predecir las reacciones y en pocos (justificados) momentos actúan diferente (como el médico de El polvo blanco que deja desamparada a la familia que atiende por un horror ancestral).

Los diálogos son reflejados con la naturalidad rígida que la propia sociedad que reflejan y no se priva de narrar, de forma indirecta, los diálogos internos de los protagonistas. En este punto cabe destacar cómo muestra el discurrir de la joven que lleva el peso de El polvo blanco que por su educación y clase social se permite una gama de emociones, pero no otras.

Es el narrar de la acción y lo sucediente dónde el autor destaca por un desapego frío. Nos muestra lo que está ocurriendo, lo que unos personajes hacen a otros en una novela de terror.

¿Hay gozo psicopático o pesimismo, rozando la indefensión aprendida?

En cualquier caso, el autor galés eligió el camino de la sublimación artística y, aunque apenas pudo disfrutar en vida de los privilegios mundanos del éxito, puso un ladrillo sólido en la escalera de la Literatura. 

Fátima Romero Álvarez

Somos tranquilos, en las intervenciones es imposible no caer en digresiones, pero intentamos ser ordenados. La última intervención, la mía, tuvo que posponerse hasta después de la cena (a base de tapas y más abundante cerveza).


Yo cerré el orden de intervenciones, tras la última intervención ya no hay orden, aunque bien pensado tampoco lo hay antes. Pero digamos que ya se puede hablar de lo que sea, haciendo corrillos o conversaciones generales. Este “segundo tiempo” se alarga hasta la madrugada, vaya hasta que Miguel cierra La Marítima. Las bebidas espirituosas, las gominolas y los frutos secos han relevado a las cervezas y tapas. Y así acabó el 23º Club de lectura Manu


el Berlanga, les dejo con mis palabras.

El terror de Arthur Machen, 23º Club de Lectura Manuel Berlanga. 14 julio 2023

Empiezo leyendo uno de los posts de promoción que elaboré para este club en Facebook:

En 1917, con 54 años escribe: The terror, está más que interesante novela que trataremos en el próximo Club de Lectura. El terror fue la última novela que escribió, pese a que vivió hasta los 84 años. Escribió un puñado de cuentos más. Pasó más hambre que momentos de gloría, pero no por ello deja de ser uno de los más interesantes autores de terror.

Una vez introducida la cuestión a pasamos a mayores.

Me ha gustado, y me ha gustado mucho. Como genera la sensación de desasosiego y la convierte en una búsqueda de la causa, como un problema de novela policiaco “¿Quién lo ha hecho?”. He disfrutado mucho. El final, su solución final y su lamentable arenga, lo comento al final.

Antes citas, muchas citas[1]. Cita página 10:

“… Prohíbase a la prensa publicar que Jones ha sido asesinado y será asombroso ver qué poca gente se entera de ello y, entre quienes se enteran, qué pocos creen en la historia que han escuchado. Una persona que conocemos en un tren nos cuenta algo que le han dicho acerca de un asesinato cometido en Southwark; la diferencia es enorme entre esta impresión y la que nos deja la lectura de media docena de líneas de imprenta en las que consta el nombre, la calle, la fecha y los demás detalles del caso. La gente suele repetir en los trenes toda clase de historias, muchas de ellas falsas; los periódicos no publican informaciones sobre crímenes que no se han cometido. … “

Mutatis mutandis durante un tiempo el papel de notario de la realidad lo tomó la televisión y fueron las redes sociales quienes tomaron el rol de las conversaciones en los trenes. Sin embargo, los periódicos son zombis y la televisión le sigue los pasos muy de cerca. Nótese pues que siempre hacemos lo mismo, sólo que nos adaptamos perfectamente a los recursos tecnológicos. Marshall McLuhan ya nos advirtió. Nihil novum sub sole (Nada nuevo bajo el sol).

Marshall McLuhan y sus obras más importantes.


Dice Wikipedia del autor galés:

“… Se oponía férreamente a una visión materialista de la vida, y ello se percibe en sus obras, siendo estas de un estilo marcadamente neorromántico. Desconfiaba de la ciencia, el materialismo, el comercio y el puritanismo, todos ellos eran un anatema del temperamento conservador, bohemio, místico y ritualístico del escritor galés. La violenta sátira de Machen golpeó todas esas cosas que detestaba, pero forma parte de su obra más mediocre, junto con todas las historias propagandísticas que escribió para la I Guerra Mundial.  …”

En otro punto añade:

“… Políticamente era un simpatizante del Fascismo. …”

Y es cierto, lo era todo eso y un poco más. Página 35:

“… “Mi teoría”, dijo el ingenioso caballero, “es que el progreso humano consiste, justamente, en lograr lo que antes no se podía imaginarse. (…) No podemos imaginar cómo asesinaron a esa pobre gente por la sencilla razón de que, para nosotros el método es inimaginable”.

El club escuchó el sutil razonamiento en un silencio reverencial. Cuando Remmant se fue, uno de los miembros observó:

“Un hombre muy inteligente”

“Sí”, respondió el doctor Levis. “Le preguntaron si sabía algo. Al fin de cuentas su respuesta fue: “No, no sé nada”. Pero en mi vida he oído a nadie que lo dijera mejor”. …”

La revista de cómic Cthulhu le dedicó un monográfico a Machen en abril 2016


Aquí, detrás de este tremendo golpe de ingenio se encuentra un velado ataque a la ciencia. Pero admito que es pequeñito. El de la página 49 ya es mucho más grandote:


“… El amigo lanzó una risita incrédula, y era evidente que no creía una palabra, hasta que Lewis le dijo en el último número de la Saturday Review venía un artículo sobre el tema. “¿De veras?”, respondió el descreído. “Ah, bueno, ya veo”, y se convirtió en el acto a la fe de los rayos X. …”

El academicismo hace 106 años ya había perdido la cabeza como Machen nos muestra con la sutileza de su afilada pluma. Lo de ahora, lo de las revistas científicas que nadie lee salvo los doctorandos y los referees es el claro ejemplo de morir de éxito y de malgastar la mayor generación de científicos viva.

Que Machen no era materialista es una forma fina de llamarlo, pero en un primer momento, la cita de la página 58 sorprende pues parece que describe al populismo de ultraderecha nazi, franquista de viejo y nuevo cuño. Y sí, cuando hablo del franquismo de nuevo cuño hablo de Vox.

Página 58:

“… El príncipe ganará voluntades para sí tanto en los altos consejos del enemigo como entre el populacho, sobornando a los ricos con las promesas de mayores riquezas y comprando a los pobres con palabras ardientes. “Al contrario de lo que se cree, son los ricos quienes más codician la riqueza; en cambio es posible adueñarse de los hombres de la plebe hablándoles de la libertad, su dios desconocido. Tanto les encantan palabras tales como libertad, independencia y otras semejantes, que el sabio puede llegarse a los pobres, robarles lo poco que poseen, despedirlos de un puntapié y ganar para siempre sus corazones y sus votos, tan sólo si les asegura que el trato que les ha dado se llama libertad”. …”


Es que leo este párrafo y veo a la Ayuso hablando en medio de la pandemia del COVID de la libertad de ir a tomar cervezas al bar. Es evidente que Machen y todo el libro mama del temor que a los buenos ingleses debió producir el Alzamiento de Pascua en abril de 1916, donde los irlandeses, todavía dentro del imperio británico, apoyados por los alemanes se sublevaron. Si bien es cierto que fueron aplastados, generó una corriente favorable dentro de los mismos irlandeses lo que llevó al Sinn Féin a ganar las elecciones de Irlanda de diciembre de 1918 de forma aplastante. De ahí a la independencia en julio de 1921 sólo hubo unos pasos. Para un reaccionario británico como Machen debía ser del todo inconcebible que los pueblos inferiores quisieran autogobernarse.  

Alzamiento de Pascua en abril de 1916


Aunque ahí hay cierto antimaterialismo en todo el libro, el do de pecho lo dio el bueno de Machen en la penúltima página, la 120, tras explicar lo que ha pasado con los animales se despacha con esta arenga:

“…  El hombre ha dominado a los animales en todas las épocas y lo espiritual ha reinado sobre lo racional debido a la calidad y la gracia propias de la espiritualidad que el hombre posee y en virtud de la cual es un hombre. Mientras mantuvo ese poder y esa gracia, subsistía entre él y los animales cierto tratado o alianza. De una parte se hallaba la supremacía y de otra la sumisión; al mismo tiempo había entre ellos la cordialidad que existe entre señores y súbditos en un estado bien organizado. Conozco a un socialista según el cual los Cuentos de Canterbury de Chaucer ofrecen la imagen de una verdadera democracia. No sé si tendrá razón, pero me doy cuenta de que el caballero y el molinero lo pasan muy agradablemente juntos, tan sólo porque el caballero sabe que es un caballero y el molinero que es un molinero. En cambio, si el caballero tuviese objeciones de conciencia a su condición de caballero, y si el molinero no advirtiese ninguna razón por la cual él no debería ser un caballero, estoy convencido de que sus relaciones serían difíciles, desagradables y quizá violentas. …”

Ahora se entiende perfectamente que fuera un simpatizante del fascismo. Él, que era pobre, hijo de un pastor anglicano, que pese a su éxito pasó más penurias que holguras. En fin, huele a ese quejió que Ortega y Gasset vierte en Su rebelión de las masas (1927). Un: “vaya con estos pobres, esta plebe que se quieren sentar en la misma mesa que nosotros”.

José Ortega y Gasset


La revuelta de los animales contra los hombres se ha usado, posteriormente, hasta la extenuación, en cuentos, novelas y películas. Pero sin duda alguna la versión más parecida es la novela corta Los pájaros (1952) de Daphne du Maurier que en 1963 Alfred Hitchcock adaptó al cine en una de sus mejores películas. En ambos casos los pájaros atacan a los seres humanos, pero no se nos aventura ninguna explicación, lo que es mucho mejor que explicarlo, como hace Mache. De hecho, la explicación es innecesaria, pero le da pie a dar un speech político no ya reaccionario sino fascista.

by PacoMan



[1] Las citas están tomadas de la edición de 1985 de Alianza Editorial en la colección El libro del bolsillo número 1092.


domingo, 2 de julio de 2023

Yo, Robot de Isaac Asimov, un club de lectura para constatar que las advertencias, advertencias son.

 

El 26 de mayo de 2023 nos juntamos los del Club de Lectura Manuel Berlanga para hablar de la antología Yo, Robot de Isaac Asimov. Y doy fe que lo pasamos bien, muy bien, las fotos así lo atestiguan.


Yo di el speech inicial y sigue a esta breve entradilla. Gracias a las buenas maneras de Juan Alberto, mientras daba mi charla sonaban las canciones que seleccioné. Esas mismas canciones están colocadas a lo largo del texto para que se pueden oír mientras se lee. Juan Alberto también creo un playlist en Spotify:

https://open.spotify.com/playlist/0H8FgJmm0MqGL2XELPBxsA?si=e80ef82e80c14583


Tiempos extraños los que nos tocan vivir. Las gentes que juntas letras y hacen ilustraciones han puesto el grito en el cielo con la llegada de las IAs. Actividades que salvo honrosas excepciones no son oficios, pues no dan para comer. Los escritores lo son por amor al arte al igual que los ilustradores, salvo las ya comentadas excepciones.



¿Sirvieron de algo las advertencias en forma de obras de ficción que Mary Shelley y Isaac Asimov como abanderados de una gran cantidad de autores nos dieron? Sí, ha servido para prepararnos para lo peor, para aceptarlo, quizás no con una sonrisa pero sí con resignación. Si la rebelión de Skynet (de la saga Terminator) está justo detrás de la esquina a nadie le preocupa lo más mínimo, pero eso sí, lo que no tiene perdón que una IA escriba cuentos para revistas que nadie compra y muchos menos lee. El mundo se acaba, el mundo se viene acabando casi desde que somos capaces de hablar y expresar nuestros agoreros vaticinios en voz alta. Nihil novum sub sole. Les dejo con la charla.

Arseny Avraamov “Symphony Of Factory Sirens” (Public Event, Baku 1922)

Isaac Asimov.

Hoy en la 22ª edición del Club de Lectura Manuel Berlanga, celebrado el viernes 26 de mayo de 2023 a las, más o menos 20 de la tarde, en el Restaurante la Marítima celebramos la antología Yo, robot de Isaac Asimov.

Isaak Yúdovich Ozímov, americanizándolo: Isaac Asimov, el buen Doctor, tuvo a bien nacer en la URSS, particularmente en Petróvich, el 1 de enero de 1920, dos años y dos meses después de la Revolución de Octubre, y cuando aún la nueva República Soviética luchaba por su supervivencia contra los vestigios zaristas e insurgentes financiados por occidente de forma más o menos clara. Asimov es un judío ruso que siempre ha llevado a gala su condición, anti comunista moderado, emigró a los EE.UU. con toda su familia en febrero de 1923 se trasladan a Nueva York, concretamente a Broklyn. Asimov es un tío listo que acabó siendo profesor de Química en la Universidad de Boston. Tiene una primera etapa, hasta 1959 cuando publicó lo mejor de su ciencia ficción, básicamente en cuentos. En 1982 volvió a la Ciencia Ficción, con más negros que otra cosa. ¿Por qué dejó de escribir (o casi) Ciencia Ficción? Porque no da para comer, se pasó a la divulgación. Si eso pasaba en los 50’s no digamos ahora.

Daft Punk. Robot rock.

Con él la ciencia ficción americana y por ende la mundial entra en su edad de oro. Junto a Clark y Heinlein, son la santa triada de maestros, los que dieron esplendor a esto de la CiFi, desde entonces un lamentable decaer, con reseñables excepciones, pero estamos en pura decadencia, en la lenta extinción del género literario y humano, todo sea dicho.

Asimov es un escritor tosco, con poco arte en el oficio y compararlo con su contemporáneo Ray Bradbury es un insulto. Pero es terriblemente efectista, ágil y directo. Su prosa se entiende, es suficientemente rica para no aburrirte y te cuenta lo que quiere contarte. Pero lo que abunda en su obra son ideas, grandes, brillantes, magníficas ideas. Ideas que definen la Ciencia Ficción. Memorables cuentos y novelas; las primeras, las cortas, las de la primera etapa. De la segunda etapa, aunque alguna cosita se salva no merece la pena perder ni un segundo comentándolo. Asimov es mucho más que sus cuentos de Fundación y Robots. Recomiendo El niño feo (The Ugly Little Boy, 1959) para descubrir otro Asimov menos conocido.



Yo, Robot se publicó en forma de antología en 1950. Peo sus cuentos, ordenados, por fecha de publicación empiezan en 1940 y acaba en 1950. En España se publicó por primera vez en 1956.

Las España de 1956.

Paco Ibáñez “A galopar”

¿Qué decir de 1956 en España? Que vivíamos en los ramalazos de la autarquía del régimen fascista conocido como franquismo. En los 50’s los EE.UU. (la 2ª potencia mundial y que no iba precisamente ganando en su guerra fría contra la URSS) busca nuevos aliados anticomunista y firma con Franco los acuerdos de 1950 que a cambio de reconocimiento internacional y el final del ostracismo, permite establecer a los yankees bases militares permanentes en suelo español, que aún hoy día perduran. Fruto de aquel acuerdo, los EE.UU. consiguen que la ONU acepte a la España franquista como miembro en febrero de 1955. Pero en realidad no es hasta 1959, cuando Franco aprueba el plan pergeñado por un nuevo gobierno de tecnócratas del Opus Dei, que hará llegar esos aires de cambios y apertura a la población, mejorándola, recuperando los niveles de riqueza y prosperidad de 1939: 20 años de Edad Media a la española. Es el inicio del tardiofranquismo: mejor tener en el gobierno a unos sectarios ultra religiosos, que no a militares corruptos y enriquecidos con el estraperlo.

Las tres leyes de la robótica.

Kraftwet- The Robots

En 1940, con 20 años, Asimov crea las 3 leyes de la Robótica. Leyes que en el fondo describen el comportamiento de una buena persona en cualquier cultura humana, incluido un robot (un siervo en palabra de la lengua checa).

Primera Ley

Un robot no hará daño a un ser humano, ni por inacción permitirá que un ser humano sufra daño.

Segunda Ley

Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entren en conflicto con la primera ley.

Tercera Ley

Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.1​

Posteriormente añadió:

Ley Cero

Un robot no puede dañar a la humanidad o, por inacción, permitir que la humanidad sufra daños. 


¿Y qué hace, qué pasa en los 9 cuentos del libro?

Jugar, sin hacer trampas al lector, a explicar situaciones que aparentemente son imposibles con estas leyes, pero que tienen una explicación lógica. O en algunos, donde se han rebajado estas reglas, tirar del hilo y ver donde nos llevan estas incongruencias. Son un juego para el intelecto del lector, son primos hermanos de los relatos policiacos del tipo Whodunit (Who has done it?) Son cuentos racionales y deductivos, muy como era la ciencia ficción de oro.

Hans Zimmer & Lorne Balfe Intro de Sherlock Holmes (película)

Asimov era miembro de los Irregulares de Baker Street, asociación holmesiana neoyorquina, como el mismo comenta en el prólogo de la antología Sherlock Holmes a través del tiempo y el espacio (1984) donde se auto seleccionó un cuento El crimen definitivo uno de sus cuentos recogidos en la antología Cuentos de los viudos negros (1974). Pero hubo más, no en vano las novelas protagonizadas por el detective espacial Elijah Baley el robot R. Daneel Olivaw son un trasunto de Holmes y Watson. O directamente la novela de género policiaco que Asimov firmó en 1974: Asesinato en la convención. Novela que sirvió de excusa a la AEFCF en 2019 para encargar a Manuel Berlanga y Manuel Gris que seleccionaran una antología de cuentos fantásticos inspiradas en esa obra y que tuve el honor de ver como un cuentito mío entró en ella. Hablo del Visiones 2019.

La CiFi es un reflejo de los miedos y esperanzas de la sociedad.

Styx – Mr. Roboto

¿Es posible que una máquina, sea capaz de hacer lo que hacen los escritores? ¿Puede una máquina pensar, raciocinar, estudiar, discurrir un argumento y, en definitiva, componer y luego escribir algo que se parezca a una novela?

A algunos esto les parecerá imposible. Otros, en cambio, conociendo los adelantos de la electrónica hoy día, dirán que sí, pero dentro de ciertas limitaciones, como, por ejemplo, que se le facilite el tema a desarrollar. No faltará quien opine que todo esto es una solemne tontería y que solamente los cerebros, de tipo humano, son capaces de hacer tal cosa. En cambio, es factible que abunden entusiastas de la idea y que sostengan que una máquina, en nuestra época, es capaz de todo, por inverosímil que pueda parecer.

¿Es este texto actual o viejo? ¿es de Asimov? Es de 1957, del primer capítulo de la novela Memorias de una máquina del español Clark Carrados (Luis García Lecha) es la primera de las 8 novelas de a duro que le dedicó a las aventuras del robot Kabé. Y no, no había leído a Asimov, lo sabemos porque en la tercera novela, copia directamente las tres leyes de este, sus cerebros positrónicos y toda la parafernalia robótica asimoviana y le encaja como un guante.



Hasta en al España franquista los robots ya interesaban y generaban las mismas o parecidas preguntas que al buen Doctor.

Presuntos implicados - Como hemos cambiado

En noviembre de 1811 los Luditas actúan (terrorismo se llama ahora) contra los telares movidos con vapor, para defender su forma de vida: no en vano eran artesanos tejedores.  ¿Dónde? en Nottinghamshire, el condado de Robin Hood ¿casualidad?

Lo que no es casualidad es que Sheley escribiera en 1818 (7 años después del inicio, el ludismo en Inglaterra duró de 1811 a 1816) su Frankestein. Evidentemente Mary, mujer culta como pocas, conocía lo que acontecía en Nottingham.

El 15 de mayo (hace 9 días) el CEO de OpenAI, Sam Altman, la empresa de la IA más exitosa (bueno, si escribir y hacer dibujos es ser una exitosa IA... que yo lo dudo) ha pedido en el senado de los EE.UU.:

Es necesaria la intervención de los gobiernos del mundo para asegurar que estas herramientas se desarrollan de manera que protejan y respeten los derechos y las libertades de los ciudadanos.

https://www.elpais.com.uy/mundo/el-creador-de-chatgpt-pide-a-ee-uu-regular-desarrollo-de-la-inteligencia-artificial-y-anuncia-creara-mas-empleos?fbclid=IwAR0fUbggRVTyHqrYCVpbwNjJh9L5xdUP0VPz9C3H9eOyhyWbEC1ShjOBvec

¿Le hemos perdido el miedo al progreso?

Roberto Carlos - El progreso.


Lo digo porque el 18 de abril del corriente El confidencial publicaba una noticia, con este titular: La inteligencia artificial china que puede matar a individuos a 16 km de distancia. En el interior de la noticia se puede leer:

La novedad de este sistema es que cuenta con la ayuda de una inteligencia artificial que le permite calcular mucho más rápido los factores ambientales que influyen en la trayectoria, haciendo que sus proyectiles sean más precisos y ahorren dinero.

https://www.elconfidencial.com/tecnologia/novaceno/2023-04-18/china-artilleria-inteligencia-artificial_3613421/

¿Dónde se ha ido el pensamiento crítico? Fácil, detrás del dinero. Si Asimov levantaba la cabeza, la volvía a agachar. Merecemos la extinción.

 

by PacoMan